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ROCKY HANDSOME – Nishikant Kamat – 2016 – Bollywood – Acción

RockyHandsome

Lo primero que hay que decir de esta película, por si a estas alturas alguien todavía no lo sabe, es que es la versión que Bollywood hizo de la surcoreana “The man from nowhere” que –again- a estas alturas hasta la podéis encontrar en nuestro idioma bajo el título “El hombre sin pasado”.

Sin embargo, para aquel que –reagain- todavía no lo sepa, lo de hacer versiones patrias de films de éxito es una –mala- costumbre de la India. Y digo ‘mala’ no porque les salgan mediocres versiones sino porque muchas veces lo de ‘versiones’ es una forma inadecuada de llamarlas. En la mayoría de los casos, más que versionar se inspiran ya que hasta modifican su argumento no para adecuarlo a su cultura sino porque simplemente se sienten más creativos.

Así es que cuando salió esta película, a pesar de que John Abraham es uno de mis interpretes favoritos, no le hice mucho caso ya que aunque guardaba un buen recuerdo de la original, tampoco es que la historia de aquella me hubiese atraído tanto como para “comerme” otra película. La gracia de aquella, por decirlo de alguna manera, era su puesta en escena y la acción, y ya sabemos que en la India su forma de ver el género es distinta a la de Corea del Sur, de hecho, distinta de cualquier otro sitio.

Y es que el film de Lee Jeong-beom era un thriller oscuro y dramático, tan fatalista como suele serlo el espíritu de sus conciudadanos, los cuales siempre parecen que ‘anhelan’ la fatalidad.

Pero hete ahí que decidí vérmela, con retraso y sin convicción, pero ante la falta de otras opciones interesantes… ¡Y vaya sorpresa que me he llevado¡

Rocky Handsome” es una versión que respeta el planteamiento de la historia original aunque sí que adecue algunos conceptos a su cultura. El estereotipo de mafioso y sus modus operandi y las motivaciones de unos y otros son puramente indios/hindús, y me parece una traslación perfecta. Pero es que más allá de obligadas referencias el enfoque de la película se me antoja… ¿perfecto? desde el punto de vista de su versionado.

Por ejemplo, no se nos puede olvidar que es una película de Bollywood y hay que incluir números musicales, y esto no es una misión tan fácil dado el carácter de aquella. Aquí por ejemplo nos sitúan uno en los títulos de crédito iniciales para justificar de buenas a primeras –uno de los primeros cambios realizados- el pasado de nuestro héroe. Con esto se consigue no solo incluir el número musical sino además aligerar su pasado sin grandes espavientos mostrándonos la cara tierna del personaje. De hecho, gracias a esto y a otros pasajes se justifica mucho mejor luego las decisiones de este a posteriori respecto a la original. “The man from nowhere” era una muy buena película, pero el héroe no era tan creíble como nos hubiese gustado. Aquí sí que lo es sin que por ello resulte contraproducente con la acción, contundencia u oscuridad del film.

Porque si bien los bailes encajan a la perfección sin desentonar –tampoco hay tantos, solo dos y al principio- “Rocky Handsome” es oscura a su modo, es decir, sin llegar a ser siniestra, sórdida o hasta vulgar como otras producciones del país cuando se ponen trágicas y realistas alejadas de las hechuras habituales de Bollywood, aquí se hace una fusión bastante interesante que llega a ser ‘cool’, lo mejor de ambos mundos: tierna y mágica pero a la vez violenta y espectacular.

En cuanto a la acción, otra sino la más protagonista del film, está claro que John Abraham no es Tiger Shroff, el mejor actor del género en la actualidad del país bajo mi punto de vista, pero tampoco es el típico ‘macho man’ de la nación aunque en sus inicios aspirase y llegase a rivalizar con estos. Abraham ha sabido distanciarse con los años y colocarse a medio camino, y aquí sin ofrecer una técnica depurada, sí que vemos patadas y llaves propias de una película de género occidental, incluso calcadas a las vistas en la surcoreana como aquellas tan espectaculares con un arma blanca que en su momento califiqué como “Navajita plateá”… No dudo que todo sea inspiración –u obra- de Kazu Patrick Tang, el cual llena la pantalla cada vez que aparece.

Resumiendo; aunque parezca una barbaridad, “Rocky Handsome” supera a la original en algunos aspectos. Cierto es que comulgo con este cine, pero el mestizaje siempre ha sido algo bueno. Un cocktail de acción y ternura, tan oscura como colorista.

4de5 

SATYAMEVA JAYATE – Milav Zaveri – 2018 – Bollywood (India) – Thriller

SatyamevJayate

El amor es ciego. A pesar de mi basta (sí, con b, of course!) cultura, no sé quién dijo esta frase, pero… ¡cuánta razón tenía! ¿Quién no ha estado enamorado y cual emoticono con corazones por ojos ha ignorado los defectillos de su amada? Pues a mi me pasa eso con Bollywood. Hay películas regulares y directamente malas, pero mira, no sé si es por las características de su industria, por esos galanes chulapos, por las mozas sacando pechuga o por la música que me idiotiza (más aún) pero me pirran.

Satyameva Jayate” entraría en las regulares, pero oye, me ha enamorado. Y creo que puede hacerlo a cualquiera que se deje llevar, de ahí que no me importe ser poco objetivo con mis conclusiones. La reseña, veréis que es más objetiva. De hecho voy a empezar con lo menos bueno, para que decidáis seguir leyendo o no.

Tratándose de un thriller, el mayor defecto del film es lo endeble del tratamiento del suspense. Tenemos a un justiciero urbano que salda cuentas con agentes corruptos de la policía con una aparente motivación. Dependerá luego de cada uno si está suficientemente justificada, pero quedan cabos sueltos como la chispa que le llevó a ello ya a sus cuarenta años o por qué razón sigue un patrón formando la palabra “Satyameva Jayate”. No entiendo que deje pistas. O lo que es peor… cómo llega a la deducción de este patrón su perseguidor. Vale que mire el dibujo que le ha hecho su hija pero… ¿con tres letras ya sabe que el asesino va a formar esa frase? ¿Con tres letras? Yo que sé… a lo mejor quería formar “SATán es nuestro señor” o… “SATiro a la vista”.

Otro defecto o fallo directamente es el de las casualidades, casi todas centradas en el personaje femenino del film, pero bueno, esto más que inherente a la industria de la India, es una pandemia a nivel global.

Y por último, la carga de tener a un protagonista que a muchos les puede pesar. Aunque a John Abraham, más Bobby Deol que nunca, no lo considero un mal actor, de hecho tiene premios interpretativos y ha sido el protagonista de por ejemplo “Water”, film nominado al Oscar en la categoría de “Mejor film de habla no inglesa”, aquí abusan del colirio para provocarle las lágrimas. Dentro de la categoría de estrella de acción musculada es de los más expresivos, sobre todo cuando sonríe, pero aquí a tenor de un rol un tanto bipolar puede chirriarle a alguien y más cuando su contrapartida Manoj Bajpayee demuestra una templanza y más dominio del tempo interpretativo, vamos, que no necesita de las gotitas en los ojos. ¡Y qué conste que Abraham es de mis actores favoritos y verdadero motivo para ver esta!

Dicho esto vayamos con lo positivo.

Si como habíamos dicho “Satyameva Jayate” (SY a partir de ahora) flojea un poco como thriller, la parte de drama funciona a las mil maravillas. Los diálogos de los protagonistas cuando se ponen solemnes son discursos con prosa muy profunda como estamos acostumbrados en esta industria y solventando esta contundencia categórica, resulta creíble. En parte porque se apoya en ese ‘bromance’ tan de moda en los noventa y que tan bien conocemos los amantes del género de la acción.

Aconsejo ver la película lo más virgen posible, de hecho aquí no suelto spoilers con tal de no fastidiar más de una sorpresa, sobre todo la que se descubre justo antes del “Intermission” o meridiano del film, pero diré que el film va más allá del policía identificado con un vigilante al que persigue.

Crear empatía con el espectador depende más de crear un personaje que reúna las simpatías del público; hay que crear un ecosistema para que además de identificarse se crean vínculos y SJ lo consigue con creces. Y no es que tenga una gran “fauna”, los personajes secundarios son más bien escasos pero mediante algún flashback y las relaciones personales de los protagonistas a la película no le cuesta mucho atrapar al espectador que ponga, claro está como siempre en Bollywood, de su parte.

Hablando de relaciones, aquellos que teman por un romance demasiado largo del héroe no tienen de qué temer. Todo se resuelve con un par de encuentros exiguos en minutos y una canción más que número musical propiamente dicho ya que se limita a seguir a ambos tortolitos con música de fondo.

Y ya que hablamos de música, desgraciadamente para los que como a un servidor nos gusta las partituras de esta industria, solo tendremos un número musical y encima corto. Es uno en el que Aisha Sharma/Shikha junto a sus compañeras coristas ejecuta uno de esos sensuales bailes similares a la más conocida danza del vientre en un entorno que parece una discoteca.

Para ir acabando decir que la acción del film, tratándose de un thriller, pues más que correcta. No hay mucha pero la que hay es convincente. Guantazos con la mano abierta y proyecciones a metros de distancia cuando el héroe se cabrea de verdad. Repito, no es un film de acción pero la que la hay es correctísima. Especial atención a esa parte final donde se nos presenta a la versión india del “Capitán América”. No digo más…  ^_^

Para terminar, ahora sí, un par de detalles. El primero, que es de agradecer esa escena donde se defiende a la figura de la mujer cuando esta se hace fuerte, invitando a que esto se repita. Alguien dirá que es demasiado poco o que es algo de cara a la galería, pero ya nos gustaría que se repitiese en todas las películas: al final el mensaje calaría.

El segundo, que cuando escribo esta reseña se anuncia una secuela.

Resumiendo, SY es un modesto thriller con fallos pero que llega a calar por sentimiento y carisma. Si le sumas que es entretenido y técnicamente impecable, más de una oportunidad merece por vuestra parte.

4de5

 

RACE 2 – Abbas-Mustan – Bollywood – 2013 – Acción

Race2Banner

Antes de empezar esta reseña me leí la que en su día escribí de su primera parte. No es que la hubiese olvidado; gracias a Dios la memoria aún me aguanta, pero siempre se pierden matices. La cuestión es que si tuviese prisa, por no decir estar en plan vago, cogería la misma, cambiaría un par de frases y ya tendría reseña. Sin embargo ya puesto que habéis tenido la deferencia de al menos pulsar sobre el link que os ha traído hasta aquí, qué menos que tomarme un rato para contaros que nos traen de nuevo –o no- la parejita Abbas y Mustan Burmawalla.

Para empezar hay que decir que el film es una secuela al uso; al uso occidental claro, ya que de sobras sabemos cómo se las gastan los cineastas hindús respecto a las secuelas, aunque bien es cierto que en los últimos años con el auge de las franquicias lo de añadir un 2 “porque sí” casi ha sido desterrado. Pero como decíamos, “Race 2” sí que retoma a algunos de los personajes –la mayoría- de la parte original. La historia no, ya que se trata de una nueva aventura, pero sí el espíritu.

Hay algunos cambios como que el personaje Robert RD D’Costa interpretado por Anil Kapoor ha dejado de ser agente de la ley para ser un simple gañán más, pero poco más. Se cambia, desgraciadamente, el rol de personajes como el de Sonia/Bipasha Basu y desaparecen otros secundarios como aquella atolondrada asistenta de RD, Mini/Sameera Reddy siendo sustituida por Cherry/Ameesha Patel; sin embargo, como decía, salvo la suerte corrida por Basu, nada notable o que no fuese habitual en una secuela.

Porque en lo que a estructura respecta, “Race 2” se apoya en las mismas bases: unos protagonistas que no son trigo limpio, dos bandos definidos y engaños constantes por uno y otro lado. Luego, sobre esta nos encontramos ya los elementos decorativos, herramientas o detalles que igualmente no abandonan la senda de la obra original, tales como una apariencia “cool”, a la última, o acción desbordante, en el más amplio sentido de la palabra. Pero por pasos.

Más que en ningún otro sitio, desde el punto de vista cinematográfico, el oficio de timador, ladrón o embaucador tiene una acogida especial en la India. De hecho, estrellas del calibre de Akshay Kumar comienzan a encasillarse en este tipo de personajes. Luego, a decir verdad, siempre los matizan atendiendo a la moralidad local convirtiéndolos en unos modernos Robin Hoods, ladrones que roban a ladrones, pero esto lo único que provoca es una previsibilidad alarmante. Aquí, aunque inicialmente se apunta a este extremo, pronto nos daremos cuenta que las motivaciones de los protagonistas responden a otro sentimiento que el de la avaricia, al de la venganza. Y son estos giros, junto a otros que me niego ya a desvelar, los que convierten el film en algo maquiavélico, tanto que uno al final no termina por creerse nada de lo que sucede. Lo imprevisible vuelto predecible.

Pero por si faltase algo, junto a ese trabajo más o menos elaborado que busca sorprender, nos encontramos con una “rara avis” en la industria del país: unos diálogos cuidados con frases lapidarias que bien podrían ser usadas como citas. A lo mejor exagero, pero cuando uno está acostumbrado a un toma y daca sistemático sin más sentido que cubrir expediente, encontrarte con una chispa de genialidad, te hace ver el conjunto de otra manera. Hasta los chistes de RD/Anil Kapoor tienen gracia por hirientes que puedan llegar a ser.

Pasando ya a la apariencia decir que sigue siendo brillante, por muy acostumbrados que estemos ya a estos dispendios en producciones actioners. Los protagonistas, impecables: ellos elegantes y ellas sexys; modelos de pasarela, réplicas de otras etapas o facetas de su vida profesional.

El entorno, lujoso. Desde el “Four Seasons” de Estambul  a orillas del Bósforo hasta esos complejos hoteleros de lujo en la costa de Antalya que intentan hacérnoslos pasar por un único establecimiento. Sin olvidar Chipre. Por si faltase algo, los deportivos que conducen los protagonistas, los restaurantes que visitan, o las discotecas que disfrutan. Recapitulando, un escaparate ideal –e irreal para la media de los que ven estas películas-que no sirve de otra cosa que de válvula de escape.

Olvidándonos de nuestra –sniff- triste realidad, pasemos a uno de los platos fuertes del film como es la acción. Coreografiada por el gurú del género en el país como es Peter Hein, “Race 2” supera alguna de las carencias habituales en la industria con inteligencia, es decir, en esta ocasión para la acción física se rodean de gente que por encima de nuestros héroes saben dar un buen y creíble espectáculo. Así, por ejemplo, en la persecución más lograda y hasta impactante, Ali Khan sigue a un asesino a sueldo interpretado por el “Yamakasi” Yannick Ben, y de resultas de ello tenemos saltos y volantines muy por encima de lo que esperábamos encontrar en una producción de Bollywood. Luego es verdad que la utilización del cable afea un tanto el resultado, pero nada decepcionante para aquel que esté acostumbrado a estos efectos tan característicos por ejemplo en Hong Kong.

Por otro lado, en la obligada pelea final con los dos protagonistas –no creo desvelar nada ya que todos la esperamos- se aprecian un par de puñetazos “al aire”, pero nada alarmante cuando la atención no radica en la pareja sino en su entorno. No digo nada más.

Donde sí que la cuestión “salta” un tanto a la vista es tanto en los efectos especiales como en las licencias que se toman sus directores a la hora de propiciar algún… golpe de efecto. ¿Que una lancha debe “despegar” de pronto para caer sobre un coche? Pues adelante, total no es nada nuevo ni en la ya franquicia ni en el género.

Lo peor, como adelantábamos, los efectos especiales. Nada más comenzar alguno decidirá parar la película al quedarse pasmado tras ver un cutre-(d)efecto-especial de un coche saltando por los aires. Por favor… con la pasta que te gastas, haz las cosas bien. Minutos después ves a un grupo de ladrones robar un tren en marcha desde un helicóptero. Pues bien, tienes un helicóptero contratado, los especialistas no sólo descienden de él sino que también se apoyan en el vagón, y sin embargo cuando nos sacan una toma desde lejos el helicóptero se nota que está sobreimpresionado de mala manera. ¿Por qué esa dejadez? ¿Tanto cuesta cuidar el detalle? ¡Si tienes las herramientas! Inexplicable.

Pasemos ya a la habitual sección de cierre como es la de “Coros y Danzas”. Tenemos cuatro números musicales, los suficientes para casi dos horas y media de metraje. Hubiese estado mejor al menos uno más, pero como digo, suficiente. Lo malo es que, bajo mi punto de vista, están mal dosificados. En su primera mitad tenemos dos, y encima los dos pegados. El primero es “Be Intehaan”, un intenso tema romántico, hasta algo tórrido, en el que la parejita conformada por Ali Khan y Padukone se dan amor en medio de unas ruinas. A mí no me suelen gustar las baladas pero para esta ocasión el especialista en films de acción Pritam ha compuesto un tema que no contrasta con el tono del film no resultando nada acaramelado y sí, rítmico.

Tan solo unos minutos después asistiremos al show de “Party on my mind”, un movido –y tópico- número musical a pie de playa con cientos de torsos desnudos y pequeños bikinis. La verdad es que tanto la coreografía como la canción es contagiosa, con un estribillo en inglés muy fácil de seguir. Por adicción, colorido, número de participantes y belleza de las protagonistas, se convierte desde ya en una de las mejores piezas musicales del 2013.

Y si “Party on my mind” es un ejemplo de lo que es capaz de dar Bollywood, “Lat Lag Gayee” es de hasta dónde se puede llevar la sensualidad. No os engaño, las faldas son igual de cortas y los escotes igual de profundos, pero cuando una actriz se pone, se pone. Obviando esta perogrullada, decir que Jacqueline Fernandez es una de mis debilidades, la nueva Priyanka Chopra; solo la necesito ver en un papel más exigente para ensalzarla a los altares. La cuestión es que en este número musical uno se olvida de sus acompañantes, de Saif Ali Khan y hasta de la canción –que no está mal pero tampoco se pasa- para fijar la atención en sus labios y movimiento de cintura.

Por último nos encontramos con “Allah Duhai Hai”, un número musical con dos caras. Visualmente es impactante con tanto diablo, goticismo, coreografías exigentes  y hasta apoyos digitales. Sin embargo el tema –por lo que tengo entendido es una versión de una canción antigua- es bastante mejorable: tiene alma rock y por lo tanto es potente, pero a su vez poco aprovechable a la hora de contagiar el ritmo.

Recapitulando, pocas canciones pero notables en conjunto, sobre todo gracias a la puesta en escena.

Para acabar, ahora sí, tres detalles. ¿A quién intentan engañar haciéndonos creer que una mezquita es la Basílica de San Juan Bautista de Turín? Por favor…

Y luego, ¡qué machistas son en esta película! Anda que los chistes de Anil Kapoor…

Y hablando de chistes, muy bueno ese en el que Abraham dice que Basu era su novia. ¡Y tanto!, como que lo fueron en la vida real…

Resumiendo, “Race 2” mejora a su antecesora, más ambiciosa y con un mayor rango de espectáculo. Para aquel que no la viese, decir que este es un buen producto de acción que, a pesar de las rémoras del género en el país, las minimiza hasta ofrecer un entretenimiento más que digno a ojos de un neófito occidental, muy superior a cualquier producto de serie B que inunda las estanterías de nuestros videoclubs.

Ranveer Singh cree haber dado con las personas que pueden hacerlo definitivamente rico, los peligrosos hermanos Armaan y Alina Malik. Tras ganarse su confianza estafando al dueño de una cadena de casinos, Ranveer les propondrá el golpe definitivo. Lo malo es que nada parece ser lo que es…

4de5